Vender un coche propio no suele hacerse todos los días. Normalmente llega en un momento concreto: cambias de vehículo, necesitas liquidez o simplemente ya no lo usas. Y cuando aparece un comprador, la operación parece sencilla… hasta que surge la gran pregunta:
¿qué pasa después de firmar y entregar el coche?
Muchos particulares no tienen claro hasta dónde llega su responsabilidad como vendedor de vehículos una vez realizada la venta. ¿Sigues respondiendo si aparece una avería? ¿Existe un plazo legal? ¿Puede el comprador reclamar aunque hayan pasado semanas o meses?
Cuando hablamos de la responsabilidad del vendedor de vehículos en una venta entre particulares, casi todo gira en torno a un concepto legal muy concreto: los vicios ocultos.
Un vicio oculto es un defecto que:
Es importante entender que no cualquier avería es un vicio oculto. Un desgaste normal por el uso, una avería derivada del paso del tiempo o un mal uso posterior por parte del comprador no entran en esta categoría.
La ley establece un plazo concreto y limitado:
El vendedor de vehículos responde durante 6 meses desde la entrega del coche por vicios ocultos.
Pasado ese tiempo, el comprador pierde el derecho a reclamar por esta vía. Ahora bien, durante esos seis meses puede surgir el conflicto, y no siempre es fácil de gestionar, especialmente cuando se trata de particulares sin conocimientos técnicos o legales.
Además, aunque el vendedor no supiera que el defecto existía, puede seguir siendo responsable si se demuestra que el problema ya estaba ahí antes de la venta.
En la práctica, la mayoría de conflictos no giran tanto en torno a la ley, sino a la prueba.
Y aquí es donde muchos vendedores se dan cuenta, demasiado tarde, de que no estaban protegidos.
Muchos contratos de compraventa entre particulares incluyen cláusulas de este tipo. Y aunque pueden ayudar, no eliminan completamente la responsabilidad del vendedor de vehículos.
Si se demuestra que el defecto:
La cláusula no siempre protege al vendedor, especialmente si se interpreta que hubo ocultación, aunque no fuera intencionada.
Es decir, el papel aguanta mucho, pero no siempre evita el conflicto.
Aquí es donde entra en juego una opción cada vez más valorada: la garantía mecánica en la venta entre particulares.
Contratar una garantía no es solo una ventaja para el comprador. En realidad, es una de las mejores herramientas de protección para el vendedor de vehículos, porque:
Muchos particulares dudan en contratar una garantía por el coste, pero no siempre se tiene en cuenta lo que realmente se arriesga al no hacerlo.
Una sola avería grave puede:
Desde el punto de vista del vendedor de vehículos, la garantía no es solo una protección mecánica, sino una protección personal y legal.